Era sábado por la mañana, los planes de aquel dÃa prometÃan, 16 personas haciendo una barbacoa en un chalet vacio, la carretera que les llevaba a su destino estaba llena de curvas, las mismas curvas que hacÃan subir y bajar sus vidas.
En un twingo 4 chicas evitaron esas curvas, no querÃan asumir los vaivenes de la vida o tal vez nadie las avisó cual era su camino? Tuvieron que ser rescatadas, aunque su recorrido aun siendo el equivocado llevaba al mismo sitio, este era un camino con menos curvas, a todos nos gustarÃa llevar nuestra vida por un camino más fácil, pero ellas tampoco querÃan engañarse.
La mañana y la tarde transcurrieron tranquilas, entre risas, charlas, el calimotxo por el suelo, el resto, el que habÃa logrado sobrevivir a sus envestidas recorrÃa sus venas.
Aquel chalet aunque bonito, era totalmente desconocido para ellos, no sabÃan que podÃan encontrarse tras los rincones, que podÃa pasar al cruzar las puertas, ellos no lo sabÃan pero el miedo comenzaba a llenar el ambiente.
La tarde se pasó lentamente, inspiraban cada segundo y lo aguantaban dentro de ellos para no olvidar esos momentos.
Un juego de preguntas y respuestas, hay quien en la vida tiene respuestas para todo y otros quienes ni siquiera conocen el significado de la pregunta.
En un rincón alguien ocultaba su miedo bajo una capucha, el resto intentaba ahogarlo con los medios que encontraban a su alcance.
Unos iban y otros venÃan, los golpes en la puerta les indicaban que algún alma habÃa decidido volver con ellos.
Poco a poco fueron desapareciendo, la idea de pasar la noche allà no entraba en sus planes.
En un principio sólo 7 valientes decidieron pasar allà la noche, tras la tranquilidad de una pelÃcula dos de ellas no aguantaron y decidieron marchar como el resto, entonces sólo quedaron 5, seguramente no eran las más valientes a primera vista, pero los hechos nos dicen lo contrario.
Era una noche cualquiera de Mayo, en un chalet perdido de la mano de Dios, 5 chicas pasaban las horas, mientras unas acababan con todas las existencias de vino del paÃs, otra agotaba la baterÃa del móvil, otra hacÃa que dormÃa, otra limpiaba un saco manchado por las inclemencias metereológicas producidas por una risa incontrolable.
Era una noche frÃa, las 5 solas en una habitación, el viento soplaba y la lluvia golpeaba las persianas, o tal vez era el riego automático programado para funcionar a esas horas, ninguna se atrevÃa a preguntarlo y menos a asegurarse, mientras se miraban las unas a las otras pensando – Que está pasando!!! –.
Una discusión de madrugada – hazte un peta tiaaaa – era lo único que rompÃa el silencio de aquella habitación inanimada.
La luz de un mechero era la única luz que brillaba en aquella oscuridad que envolvÃa la habitación.
El espÃritu de Chenoa estaba en aquella habitación, todas lo notaban.
De repente una voz sonó en cada uno de los rincones, una canción sonaba en sus oidos, no podÃan reconocer bien de que parte de la habitación provenÃa, era una voz dulce, conocida, inspiraba paz y calma, a la par que tristeza.
Unos pasos se escucharon y todas se miraron, habÃa alguien más allà con ellas? Tal vez el espÃritu de Chenoa?
El humo de los porros producÃa sombras en la pared, unos pasos se escuchaban cada vez más fuerte y cerca.
Un teléfono sonó, se levantó y salió de la habitación, hablaba tranquilamente sin imaginar lo que podÃa estar pasando y sin esperar lo que iba a ocurrir aquella noche.
Mantas y sacos tirados por la habitación, el suelo pegajoso por el calimotxo vertido, cenizas y migas esparcidas.
Solo las bromas de madrugada les tranquilizaban y les hacÃan olvidar lo que verdaderamente estaba pasando por sus mentes… - háblame a la mano que tengo las orejas sucias –
Bueno ahora escribe una chica llamada Tanya o tranusca jejeje vaya pedo nos estamos pillando. Aquà seguimos todas de pedo unas hablando por telefono otras bebiendo y fumando petas pero… todas riendonos y disfrutando de la noxe me despido con un saludo enorme para todos los leyentes.
El reloj marcaba las 4 en punto, el cansancio ya era notorio, sus ojos se cerraban, no sabÃan si era efecto del humo o el estado de embriaguez, pero se resistÃan a cerrarlos, el simple hecho de no ver que sucedÃa a su alrededor les aterrorizaba y trataban de mantenerlos tan abiertos como su estado les permitiese.
Pero el sueño era más poderoso que el miedo y fueron cayendo una a una, las dos últimas en caer fueron aquella que intentaba traspasar su miedo a través de un teléfono y la que se escondÃa tras la capucha, mientras se resistÃan escuchaban el respirar de las otras tres.
La noche se hizo eterna, dormir en el suelo, con los cojines de un sofá como colchones era lo de menos, el viento fuera y la respiración se entremezclaban, no podÃa distinguir ya la una de la otra.
Los sonidos de los móviles les despertaron una a una la mañana siguiente, todo habÃa pasado, pero después de aquella noche nada volverÃa a ser igual para ellas, lo que pasó sólo ellas lo saben, lo que paso por sus cabezas aquella noche, sus pensamientos, nunca se conocerán.
hoy, un poco gris, apática, sin ganas de nada, espero que con el transcurso del dÃa se venga el ánimo por generación espontánea, o que me pase algo que lo suba. En realidad no se porque estoy asÃ, si lo supiese le ponÃa solución, o por lo menos lo intentaba, supongo que por todo y por nada a la vez, muchas cosas en la cabeza, muchas cosas en las que pienso últimamente, y ninguna cosa clara, sigo sin saber lo que quiero o necesito, últimamente pienso que si alguien se pegase a mi durante un tiempo serÃa una buena forma de aprender, de aprender el “que no hay que hacerâ€�, sobretodo en ciertos aspectos de mi vida, hay varios temas en los que no sólo no veo que no consigo avanzar, sino que voy a peor, aunque me digan lo contrario, hay cosas para las que veo que no sirvo. 
