martes, agosto 08, 2006

Cuanto capuio suelto

Siempre pensé que una de las mayores desventajas de vivir en un chalet, o por lo menos lo peor para una vaga como yo, es el hecho de tener que andar subiendo y bajando escaleras. Pero no, cada día me doy más cuenta que lo peor de todo son los niñatos gilipollas que no tienen otra cosa mejor que hacer que pasar por tu puerta, llamar al timbre y salir corriendo.

Desde que vivo aquí he tenido que aguantarlo, y no es que pase una vez el mes, es que como mínimo pasa una o dos veces a la semana, y bueno, si fuesen niñitos tocapelotas pues vaya, son niños, su corta edad no les hace ver lo tontos que son, todavía tienen tiempo de madurar, lo peor es que los que lo hacen son gilipollas ya tulliditos, y que como lo se? Hay varios factores, uno de los principales son las horas a las que suelen llamar... por la noche, los niñatos deberían estar la mayoría en su casa, aunque según esta la juventud hoy en día... El otro factor es que yo misma pille a uno haciendolo, son además de gilipollas, inútiles que no son capaces de asegurarse antes de llamar que no hay nadie mirando, al que pille aquella vez me superaba en edad, y se llevo un gilipollas bien sonado, fue un acto reflejo, despues de soltarlo estuve pensando si hice bien, porque seguramente aquel insulto provoco que cada vez que haya vuelto a pasar haya vuelto a llamar, pero bueno, que se puede esperar de alguien así? No me gusta generalizar ni etiquetar, pero podría describir y no me equivocaria a ese tipo de personajes, pero bueno, no lo haré, guardo la esperanza de que no todos sean así...


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