El sábado antes de salir me inundaba una gran duda - ¿Qué cenar? – la cuestión era de una gran trascendencia, ¿Cuál serÃa la mejor decisión? ¿Pollo… sopa…? Hasta que mi paron mental fue solucionado con mi madre - ¿Por qué no te haces eso que trajo tu padre el otro dÃa? – El susodicho alimento se trataba de una hamburguesa de soja, ya antes habÃa comido un producto parecido, pero no me lo comi por decisión propia, más bien porque no me quedaba otra, estaba en Cádiz en casa de una amiga vegetariana y mi absoluta timidez me impedÃa decir que aquello no resulto del todo de mi agrado, pero bueno era hora de un segundo intento, asà que allá que fui, hamburguesa de soja en su punto, con una salsita que venia y todo, no estaba mal oye, un hecho totalmente sorprendente lo malo fue después, a mi estómago no le pareció lo mismo que a mi sentido del gusto y tuve un momento de crisis de salir al baño a vomitar, pero todo quedo en un simple intento, eso si el resto de la noche mi estomago siguió pelin jodido, resultado: hamburguesa de soja Nunca Mais.
Esa misma noche invite a mi hermano y a un amigo suyo a que se dejasen de jugar a la play y se viniesen a tomar algo, fuimos al sitio de siempre y como siempre genial. Un saludo.
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